La historia está destinada a repetirse
Vivimos en una era pos Cambridge Analytica, en donde ya aprendimos nuestra lección sobre las consecuencias de permitir que grandes corporaciones tecnológicas hagan lo que les plazca sin ningún intento de regularlas. ¿No es así? Si no tienes idea de lo que estoy hablando, puedes encontrar algunas claves sobre los hechos aquí. Pero te explico el problema con tres preguntas:
- ¿Te ha pasado que después de hacer una búsqueda en Internet (o a veces tener una conversación sobre un tema) de pronto tus redes sociales se saturan de publicidad relacionada a lo que buscaste?
- ¿En algún momento tomaste la decisión consciente de darle la autorización a tus redes sociales para que utilicen tu información para venderte publicidad?
- ¿Cuál sería el resultado de esta misma tendencia llevado al extremo? La respuesta es Cambridge Analytica.
En los meses previos a las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2016, una empresa operaba en secreto, almacenando información de millones de usuarios y luego creando algoritmos tan específicos al perfil de los usuarios en cuestión que influenciaron la elección a través de contenido legítimo, pero también de mucha desinformación.
Cambridge Analytica logró saber cuál debía ser el contenido, tema y tono de un mensaje para cambiar la forma de pensar de los votantes de forma casi individualizada. (…) Pero la compañía no solo envió publicidad personalizada, sino que desarrolló noticias falsas que luego replicó a través de redes sociales, blogs y medios
BBC Mundo, 2018
Y encima de los métodos cuestionables que se utilizaron, los medios que se utilizaron para obtener los datos de los usuarios son en gran medida ilícitos. Alrededor de 265 mil usuarios accedieron a tomar un test de personalidad que estaba diseñado para obtener información de toda su red de amigos, y así sucesivamente, alcanzando un base de datos de 50 millones de usuarios de Facebook.
Y ahora estas grandes corporaciones están siendo puestas a prueba, y se ha generado todo un debate sobre la mejor manera de regularlas para evitar que se pueda explotar de tal manera los datos personales de las personas.
Sabiendo todo lo anterior, ¿consideras que tienes las herramientas suficientes para no caer en este tipo de hazañas? Desafortunadamente aunque creamos que sí, solemos protegernos solamente de aquellas cosas cuyas hazañas ya conocemos, y somos muy ingenuos cuando se trata de algo novedoso. Estoy seguro que la mayoría de la gente que dio su consentimiento a Facebook para utilizar sus datos hace más de 5 años no tenían idea de las implicaciones y el alcance del aviso de privacidad, los famosos términos y condiciones que nadie lee.
Y entonces llegamos al nuevo gran tema novedoso que cada vez es más escuchado: ¡las pruebas de ADN de 23AndMe y Ancestry! Hablemos de estas pruebas y por qué probablemente no es buena idea enviarle tu ADN a un extraño en un laboratorio (cuando lo pongo en esos términos, espero que ya te des una idea de por dónde va la cosa).
Las grandes empresas tecnológicas quieren tu dinero, sí, pero sobre todo quieren tu información (para generar más dinero). No se trata de categorizar las intenciones de una empresa como buenas o malas, sino de entender las posibles consecuencias de aceptar los términos y condiciones.
El proceso está hecho para que no batalles, sino que por el contrario, pagando una cuota simbólica y escupiendo en un recipiente recibas información sobre tu “composición genética”, y lo pongo entre comillas porque realmente la información que te mandan es muy limitada. El ADN contiene muchísima información que, interpretada correctamente, puede resultar muy útil. Sin embargo, cuando recibes los resultados de tu prueba, únicamente te arrojan resultados sobre tu origen étnico. ¿Y quién se queda con el resto de la información? ¿Y a quién se la comparten? ¿Y la muestra la desechan o se la quedan para futuras pruebas? No tenemos control sobre esto porque elegimos ‘Aceptar’ los términos.
Entonces te anoto aquí algunas usos que le podrían dar a la información contenida en tu ADN (de la más factible a la ciencia ficción, ¿o no?):
Agregarte a una base de datos forense. No sería la primera vez que la FBI pide a 23AndMe la información genética de sus clientes. ¿Ciudadano ejemplar? ¿Nada que temer? Tampoco sería la primera vez que el ADN culpa erróneamente a alguien inocente. También puedes ver aquí otros usos que el gobierno pudiera darle a tu información. (Y las personas que piensen que en México no existe la tecnología para almacenar la información vive en un engaño)
Venta de tu información a terceros. Imagínate que además de la información que las grandes empresas ya tienen sobre tu comportamiento en línea, tus hábitos de compra, tus intereses y tus conversaciones, además conocieran todas tus características genéticas: tus niveles químicos o tu propensión a ciertas enfermedades. ¿Te gustaría que te estén anunciando en Facebook tratamientos médicos sin ninguna explicación solo para darte cuenta meses después que padeces una enfermedad? Y si esto se convirtiera en un patrón (compramos el tratamiento ciegamente porque seguramente ya conocen mi estructura molecular), a cuánta información falsa no se prestaría.
Robo de identidad. Todos sabemos que el robo de identidad es un delito conocido, ¿y qué tal si robaran no solamente tus datos bancarios sino elementos genéticos que realmente son únicos a tu persona biológicamente?
Experimentación genética. Y aquí es donde llegamos a la ciencia ficción. ¿Y si te clonan y no te das cuenta? Ciertamente con la tecnología disponible y el tipo de ADN que recolectan estas empresas en este momento, todo indica que esto no va a suceder pronto. Pero no es del todo descabellado pensar en un escenario próximo en donde diferentes tipos de muestras de ADN te arrojan diferentes beneficios, más información sobre tus antepasados y más oportunidades para ‘conocerte’, se utilice el material ofrecido voluntariamente por los clientes para hacer experimentos genéticos. La clonación existe, es un hecho. ¿Queremos regalar nuestro ADN a extraños?
Puedes llamarme exagerado, pero la historia reciente nos muestra que no se le puede confiar a los gigantes tecnológicos nuestra información, y si estamos en una situación en donde podemos decidir mantener en privado nuestro código genético, qué mejor.
Bonus 1: https://youtu.be/kIVUc6AM8ds?t=137 (Comedia)
Bonus 2: https://www.youtube.com/watch?v=55xf_gSmc94 (Informativo)